La ampliación del tiempo y el espacio del estado de emergencia y el aislamiento de presos extremadamente peligrosos son dos de las decisiones del gobierno.
Honduras- Tras la muerte violenta de 46 reclusas en el Centro Penitenciario Nacional de Asimilación de Mujeres (PNFAS) el martes, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, anunció una serie de acciones urgentes en materia de seguridad y gestión de las prisiones del país.
Luego de extensas reuniones con ministros de gobierno, el Presidente anunció este miércoles 10 medidas tomadas por el gobierno para restablecer el orden en el sistema penitenciario de Honduras. Algunas acciones se tomarán de inmediato, mientras que otras se llevarán a cabo a mediano y largo plazo.
El gobierno hondureño anunció una ampliación del estado de emergencia, suspendiendo temporalmente algunos derechos constitucionales en áreas adicionales y por un período prolongado.
De manera similar, se fortalecerá el papel de los militares en los esfuerzos de seguridad nacional. Estas medidas tienen como objetivo combatir de manera decisiva y efectiva el crimen organizado y la actividad de las pandillas en Honduras.
También se supo que el gobierno planea convertir islas a cientos de kilómetros de la costa en colonias penales para líderes de pandillas consideradas «muy peligrosas». La iniciativa tiene como objetivo aislar a los delincuentes más peligrosos de la sociedad hondureña y evitar que impacten otras cárceles.
Además, el gobierno de Castro despidió a todos los miembros de la comisión responsable de supervisar la seguridad penitenciaria y devolvió el control de 21 de las 26 prisiones del país a la policía militar.
Paralelamente, el gobierno amplió el estado de emergencia a otras zonas del país. La medida generó preocupación entre los grupos de derechos humanos.
Las autoridades dijeron que los disturbios carcelarios pueden haber sido una represalia por las medidas adoptadas por el gobierno para combatir la corrupción y el control de las pandillas en las prisiones.
