«No hay lugar como el hogar» es un refrán común, pero para la familia Peña, la vivienda puede convertirse en una tortura debido a factores externos como las pandillas que durante mucho tiempo han infundido inseguridad en este país.
Estas personas abandonaron sus hogares en la zona de Tikal 2 de Apopa debido al acoso criminal. La residencia fue asaltada y dañada por terroristas.
Sin embargo, gracias a la implementación de medidas de seguridad durante la administración del presidente Nayib Bukele, esta familia pudo recuperar su hogar, volver a vivir y sonreír nuevamente.
Los ciudadanos fueron escoltados por miembros de la Policía Nacional Civil como garantía de que el gobierno continúa su lucha contra las pandillas y protege a los trabajadores salvadoreños.
La entrega de las casas demostró que la PNC estaba liberando a la comunidad de la actividad criminal y brindando un nuevo respiro a la clase trabajadora.