El Barcelona derrotó al Atlético de Madrid por 2-1 en la ida de la semifinal de la Copa del Rey, pero el partido tuvo dos partes muy diferenciadas. El gol de Antoine Griezmann no fue suficiente para neutralizar los primeros goles de Luis Suárez y Lionel Messi.
El primer gol llegó cuando Mascherano robó en la salida y fue recibido por el uruguayo Suárez en el centro del campo. El autopase y su velocidad fueron suficientes para batir a Savic con sorprendente facilidad y rematar por fuera a Moya.
El Barça aprovechó el espacio y la velocidad de la MSN. Neymar no pudo lograr el segundo gol, y aunque el portero local reaccionó confiado entre palos, no pudo hacer nada ante Messi, que volvió a inventar una obra de arte. Una vez más, un saque de banda largo de Cillessen despojó a la defensa colchonera y Neymar se quedó al frente sin hacer nada. Luego de algunos pases, el argentino la recibió, miró al arco y disparó al ángulo superior para igualar.
Tras el descanso, entró Torres y revolucionó el partido. El delantero supuso más peligro para el Atleti, pero al final se vio recompensado con un gol. Godín envió un tiro libre lejano al segundo palo y Griezmann saltó por delante de Mascherano para anotar y provocar un frenesí en la grada.
Los últimos minutos fueron un completo asedio para el equipo local, con una presión altísima y sin salida de balones, lo que casi llevó al empate, pero una reacción tardía lo impidió. Es positivo para los de Luis Enrique, que partían con una mínima ventaja para clasificarse para la final del Camp Nou.
