El único jugador extranjero en el equipo del Chapecoense fue el argentino Alejandro Martinusio, que jugaba como delantero.
«No viajé porque me estaba recuperando de una lesión. «Me lastimó y sobreviví», dijo Martinuccio a los medios argentinos esta mañana.
Las lesiones son comunes en los futbolistas argentinos. Recientemente estuvo en la lista de jugadores que no pudieron viajar a Colombia por problemas de salud. El dolor de no poder jugar la final de la Copa Sudamericana, más allá del innegable dolor que siente por perder a la mayoría de sus compañeros en Chapecoense, es al final el alivio que aún lo mantiene con vida.
«Es muy difícil. Hoy me desperté con esta noticia. «Las cosas suceden, pero no sabemos por qué suceden», dijo.
Martinuccio se mostró feliz en Chapecoense ya que fue aceptado tanto por el técnico como por el cuerpo técnico y sus compañeros. Ahora, ese ambiente se ha visto transformado por la ansiedad, la tristeza y el dolor.
«En este club tengo compañeros fantásticos y de primer nivel. Aquí todo el mundo está muy triste. Todo esto es muy difícil», afirmó.
El futbolista de 28 años llegó al Chapecoense en 2016 tras una larga lista de cesiones que incluía equipos como Ponte Preta, Coritiba y Cruzeiro. En el club Chapeco intentó encontrar la regularidad y el nivel que le llevarían algún día a jugar en el Villarreal de España.