El jueves, un ataque a una academia militar en Siria mató a más de 110 personas, mientras que Turquía también llevó a cabo ataques en zonas kurdas, matando al menos a 11 personas.
El ejército sirio atribuyó el ataque a una ceremonia de ascenso de altos funcionarios del gobierno en Homs, en el centro de Siria, a una «organización terrorista» y prometió «firmes represalias». El ejército dijo que el ataque se llevó a cabo «con drones cargados de explosivos».
Un nuevo informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido y que cuenta con una amplia red de fuentes en Siria, afirma que el ataque «mortalmente dejó 112 personas, entre ellas 21 civiles» y al menos otras 120 resultaron heridas.
Las fuerzas gubernamentales respondieron con bombardeos contra el noroeste de Idlib, el último bastión rebelde, dijeron los residentes. OSDH dijo que ocho personas murieron y 30 resultaron heridas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, está «profundamente preocupado» por el ataque en Homs, afirmó su portavoz Stéphane Dujarric. «También estamos profundamente preocupados por los informes de bombardeos de represalia» en el noroeste de Siria.